¿Vivir en el Pirineo resulta más caro?
Según el informe presentado Por un Pirineo Vivo-Pirinio Bizirik, sí. Afirman
que “nos resulta muy caro en cuestiones tan normales como la cesta de la
compra. Aproximadamente, pagamos un 20% más que en las ciudades”.
Las visitas médicas a especialistas y
tratamientos médicos como el dentista, sacar una placa o el ortodoncista,
también son más costosos porque hay que sumar el gasto de los desplazamientos,
bien sea en autobús, o en vehículo propio.
¿Quién no teme, en el Pirineo, tener una
avería en la calefacción o en el ordenador?. Llamar a un técnico para que nos
arregle la caldera o el ordenador, nos cuesta un “ojo de la cara”, sólo con la
salida de Iruñea.
En general, todos los productos nos salen
más caros por encontrarnos alejados de centros urbanos, por ejemplo, la compra
de muebles; sólo por su traslado nos cobran alrededor de 100 euros.
También pagamos más por el mantenimiento
de los vehículos. Debido al trazado de las vías hay un mayor desgaste de
ruedas, además, la climatología adversa hace necesario la utilización de
cubiertas especiales para la nieve, con un importe mayor.
Los jóvenes tienen que salir a estudiar a
los 16 años. Y por ello, algunas familias se ven obligadas a comprar una
segunda vivienda en Iruñea. También se paga más por las actividades
extraescolares de los hijos, ya que a menudo hay que pagar costosos
kilometrajes de los profesores.
En fin, esto sólo es una parte de una
larga lista de diferencias. A favor del
ahorro personal, sólo podemos decir que al vivir en los pueblos recibimos menos
mensajes publicitarios para consumir y no vemos apenas escaparates que nos
inviten a entrar y gastar. Tal vez eso nos iguale los bolsillos.
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