Cada uno de nosotros tiene una idea sobre
la situación por la que atraviesa el Pirineo. También, cada uno de nosotros
tenemos nuestra propia visión de futuro para esta tierra. Hay quienes opinan
que todavía tenemos que tocar fondo para salir adelante, otros piensan que ya
lo hemos tocado y que este el momento de tomar partido, y otros muchos ni
siquiera se lo plantean.
No hace muchos meses asistimos a un cruce
de cartas entre distintas personas del Pirineo. Cada una de ellas aportaba su
propia visión de lo que es hoy el Pirineo. Independientemente de que nos
gustase o no lo que en ellas se decía, valoramos positivamente que personas de
la calle expresen sus ideas y salgan a un medio de comunicación a decirlas, con
todo lo que ello conlleva.
Expresar públicamente estas ideas no sólo
sirve para generar debate, sino que nos hace reflexionar sobre el momento en el
que nos encontramos y poco a poco se va creando conciencia social.
Como nos parece interesante este tipo de
actitudes, nos hacemos eco de lo que en esas cartas se decía. En la
imposibilidad de sacarlas íntegras, resumimos lo que nos ha parecido más
interesante y os damos la fecha y el medio de comunicación en el que fue
publicada por si queréis tirar de archivo y leerlas en su integridad. E
invitamos, además, a todos y todas los que tienen algo que decir sobre el
Pirineo, que somos todos, a que utilicen este medio y otros para expresar sus
opiniones, que por lo menos siempre sirven para posicionarnos y reflexionar.
Jezabel Oroz, juntero del valle de
Zaraitzu, el 25 de febrero de 2008, expresaba en el Diario de Navarra su
preocupación por la forma de aplicación del Plan de Desarrollo del Pirineo. En
su opinión, “son muy preocupantes la ubicación del centro de biomasa en Aoiz y
los motivos que el departamento precisa para esta elección; primero, su
situación geográfica y segundo, la necesidad de revitalizar el tejido
industrial después de la marcha de algunas firmas. Se empiezan a intuir las dos
Navarras de la Estrategia Territorial, la que está dentro de la región-ciudad
Pamplona y las periféricas como Salazar. Si para abrir nuevos centros de
promoción pública son determinantes la localización (...) y la situación del
entramado industrial, siempre seremos excluidos”.
Una segunda carta fue firmada por Luis
Sarriés, natural de Itzalle y catedrático de Sociología en la UPNA, en el
Diario de Navarra el 24 de marzo. Afirma que “nos sentimos solidarios con
aquellas voces que en último grito desesperado intentan recordar que los
habitantes del Pirineo son navarros y apelan a solidaridad y a la cohesión
territorial para que no haya un solo pueblo (...) que esté condenado en buena
parte por desinterés de los gobernantes, al aislamiento”.
Continúa diciendo que si el problema es
real para todo el Pirineo, resulta más dramático para Zaraitzu porque los
valles de Erronkari y Aezkoa dentro de unos años estarán cerca de la ciudad por
la construcción de vías rápidas y que Zaraitzu está condenado al aislamiento y
califica la situación demográfica como “catastrófica”.
Cree que son necesarios planes
estratégicos muy concretos con su correspondiente dotación presupuestaria y que
respondan a lo que quieren sus moradores: “mientras no haya consignación presupuestaria
estamos hablando de humo (...), ni UPN ni el PSOE han asumido como propias las
propuestas consensuadas entre los 130 cargos electos del Pirineo. Navarra no es
Navarra sin el Pirineo y sus gentes. Pero el Pirineo puede apagarse por la
sencilla razón de que ni Salazar ni el Pirineo son políticamente rentables. Su
futuro dependerá de la resistencia de sus pobladores a las amenazas de
aislamiento”.
A Luis Sarriés le respondió, el 2 de
abril, Carlos Hernández, anterior secretario del Ayuntamiento de Otsagabia y
que actualmente trabaja en Administración Local, quien califica su artículo
como demasiado catastrofista y que ofrece “una imagen más bien negativa de la
situación actual y futura del valle de Salazar”, con la que no se muestra de
acuerdo.
Entre la realidad y el deseo
Para finalizar, Pedro Miguel Ansó, vecino
de Jaurrieta, al día siguiente y en ese mismo medio responde a los dos escritos
diciendo que “el artículo del Sr. Sarriés lejos de ser negativo y catastrofista
es positivo y esperanzador porque al hacer un análisis certero de la situación
del valle está sentando unas bases sólidas para la solución del problema. El
valle de Salazar está muy despoblado (...), la agricultura está fracasada, la
ganadería en crisis, el turismo limitado a muy pocos días y como actividad
complementaria; el nivel de industrialización bajo mínimos (el polígono ha
llegado demasiado tarde); la Junta del Valle con unas ordenanzas obsoletas y
predemocráticas (...)”.
“El Sr. Hernández puede hacer toda la
literatura que quiera pero me temo que los instrumentos adecuados para relanzar
este valle nos los proporcionarán el análisis sociológico y la economía
política. Necesitamos inversiones privadas y del Gobierno de Navarra, una
mejora sustancial en las vías de comunicación (...); potenciar el polígono
industrial de Iciz. (...), hacer llegar el gas natural a los pueblos (...) y
por supuesto sostener y potenciar las actividades agropecuarias. ¿O dejaremos
que al final todo acabe en un parque natural a merced de osos y lobos?.”
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