Distintas razones que hacen que la vida sea
agradable en el Pirineo (primera parte)
Este verano nos hicieron un comentario de
calle de una persona que, aunque d
esciende del Pirineo, vive en la ciudad y
viene muy de vez en cuando de visita. En esa conversación se le preguntaba a un
lugareñ@ a ver qué hacía y en dónde vivía. A la respuesta de que vivía y
trabajaba en el Pirineo, le contestaron “y a qué esperas, a cumplir 40 años y
enterrarte en vida”.
Suena fuerte pero, lejos de ofendernos,
reflexionamos sobre el mismo y asumimos que, hoy en día, aún existan personas
que piensen así y que no consideren que vivir en el pueblo es una elección de
vida como otra cualquiera, ni mejor ni peor, pero que nunca debería ser
entendido como un fracaso.
Por supuesto que no estamos de acuerdo con
este comentario y por ello hemos preguntado a algunas personas que viven todo
el año en el Pirineo algunas de las razones que hacen que la vida aquí les
valga la pena. Estas, han sido sus respuestas, algunas con cierta dosis de
humor, otras su razón principal:
Por el frescor del verano.
Por el contacto con la naturaleza.
Por la forma tan tranquila en la que pasa el
tiempo.
Por el color del otoño.
Porque escucho los pájaros cuando me levanto
de la cama.
Por el ritmo de vida.
Porque es más personal y se habla con personas
de todas las edades.
Yo soy muy egoista y prefiero que la gente no
se de cuenta de lo bien que se vive aquí y así no viene.
Porque me gusta el invierno.
Por las amistades.
Por la montaña, porque me da la paz y la
tranquilidad que necesito.
Por el olor.
Porque se vive la unidad familiar.
Porque no somos muchos.
Por el contacto con la tierra.
Porque estoy enamorado de esta tierra.
Porque soy pirenaico y tengo las raíces
agarradas a esta tierra como un roble milenario.
Porque vivo donde quiero vivir, no echo en
falta la ciudad.
Porque tengo mucho tiempo para pensar, y me
conozco mucho más.
Porque teniendo coche, tengo Pamplona a una
hora como muy tarde y disfruto sólo de los beneficios de la ciudad...
Porque vivo en el lugar que otros eligen para
pasar sus vacaciones.
Por la cena de los jueves.
Porque ya no me deprimen los domingos.
Por llevar la contraria.
Porque tengo el trabajo a cinco minutos.
Por el silencio.
Porque puedes salir con zapatillas de casa por
la calle
Porque tengo tiempo para leer.
Porque siento que es necesario que me quede a
vivir aquí para que esto tenga una esperanza de futuro.
Porque puedo andar en bici.
Por las setas y los hongos en otoño.
Porque comemos de puta madre.
Porque los críos andan solos por la calles
desde los cinco años.
HAY MUCHAS MÁS. CONTINUARÁ...
(A ver si entre todos llegamos a 100. Si
quieres darnos tus razones por las que vives o merece la pena vivir en el
Pirineo, envíalas a info@mendixut.com o por correo ordinario a MENDIXUT,
Iribarren 31 Bajo 2, 31680, Otsagabia)
Segunda parte
El mes pasado iniciamos un listado de las
razones que nos hacen la vida más agradable en el Pirineo y también aquellas
que nos han llevado a vivir en él. Este mes seguimos con ello porque abrimos la
sección y os habéis animado a participar y a poner en común algunos de vuestros
motivos. En ellos se puede observar que una misma pregunta se ha entendido de
diversas formas y eso se ha manifestado en las respuestas.
“El motivo principal por el que vivo en el
Pirineo, es por ser tierra de grandes oportunidades, lo mismo se puede
trasladar el “yura” a nuestras montañas, que las urbanizaciones de Salou a
nuestros pueblos para hacer segundas y terceras residencias, que hacer unos
rápidos en el río al mas puro estilo olimpiadas de Pekín....y eso para una
persona nada amante de la tranquilidad, de la naturaleza, de los pueblos con
personalidad propia, etc, es ideal...
Un inconveniente que veía para vivir aquí era
mi alergia a los animales, sobre todo vacas, ovejas y caballos, pero ya están
poniendo remedio las instituciones a este mal mío y afortunadamente cada vez
hay menos bichos de estos...
Y luego está la gran imagen que se traslada al
exterior, basada en el folklore como forma de participación ciudadana, para que
las gentes que habitamos el Pirineo no nos tengamos que preocupar de nada de lo
que acontece y hacen y deshacen otros a nuestro alrededor, lo que facilita más
si cabe la vida... sobre todo la de los que hacen y deshacen....”.
“Porque he nacido, crecido y vivido en el
Pirineo y elegí seguir haciéndolo, porque me gusta.
Porque tenemos una calidad de vida que no
tienen en las ciudades, (a ver si nos damos cuenta de una vez, calidad de la
buena).
Porque pertenezco a mi tierra. No somos los
mejores, pero "hemengoa naiz eta harro nago/soy de aquí y estoy
orgulloso...." y por muchas cosas más que ya se me irán ocurriendo....”.
“Porque pertenezco a esta tierra. No todo el
mundo puede vivir aquí. El Pirineo está haciendo su propia selección genética y
dentro de unos años aquí sólo va a quedar quien verdaderamente lo resista. Es
la propia ley de la naturaleza”.
Por el calor del fogón en invierno.
Porque puedo dejar el coche abierto en la
calle y no pasa nada.
Porque sé el nombre de mis vecinos.
Porque se es más consciente de los cambios de
estaciones y entonces te das cuenta de que estás de paso y de lo pequeño que
eres. Esto creo que te hace ser mejor.
Porque vivo doce meses donde otros sólo pueden
estar un mes.
Porque hay menos consumismo y compro sólo lo
necesario.
Porque en él vive el hombre de mi vida.
Yo me he tenido que marchar para apreciar lo
que hay aquí y por eso he vuelto, pero también creo que la gente no sabe
disfrutar de verdad de lo que tenemos.
Porque no hace falta quedar con nadie para
salir al bar.
Por la caza.
Por las partidas de mus en la sociedad.
Porque tenemos al lado de casa unos inmensos
jardines naturales donde poder pasear: Larra, el Rincón de Belagoa, Mintxate,
la foz de Burgi...
Porque me agrada el olor a tomillo, a boj, a
ollaga, a tierra mojada, a hierba recién cortada.
Porque el ruido, el barullo, me altera.
Porque el murmullo del agua en el río, el
susurro del viento en los árboles, el golpeteo de la lluvia en las hojas me
serenan.
Porque todos me conocen y me siento aceptado
y... querido.
Porque resulta fácil buscar tranquilidad y
sosiego lo cual te permite escudriñar también tu vida interior.
Porque cuando salgo a pasear es agradable que
la gente te salude o se pare a hablar contigo.
Porque la luz de las farolas no me impide ver
las estrellas.
Porque mi ritmo de vida es más acorde con el
ritmo natural, sé cuándo acaba el día y cuándo empieza la noche, sé buscar el
fresco en verano y el resguardo en invierno.
Porque me siento orientado, sé por dónde sale
la Luna y el Sol, sé si las grullas suben o bajan, si está cubierto o
despejado, si ya han blanqueado los altos...
Hemen ez naizelako bakarrik sentitzen.
Porque para salir al bar media hora no tienes
que perder dos en llegar.
Por recibir todos los meses la MENDIXUT.
Por sentir la fuerza de la primavera.
Por el sonido de las esquilas en los pastos.
Por los ratos de conversación por la mañana
cuando voy a la tienda.
Por el frío sol de invierno.
Por lo poco que nos influye la moda.
Por lo bien que se vive.
Porque no hay tráfico.
Porque para cambiar a peor no merece la pena.
Por decir “bueno, bueno” los domingos por la
tarde.
Porque la vida es algo más que aparcar y
desaparcar.
Porque no hay municipales.
Porque no hay controles de alcoholemia.
Porque sales de la puerta de casa y conoces a
todo el mundo aunque te lleves como el perro y el gato.
Porque por las noches se cena de fundamento.
Porque cuando llegue el apagón analógico estaremos
año y medio sin ver la televisión.
Porque no hay escaparates.
Porque no hay olor a tubo de escape
Por el matacuto y las longanizas, que hacen
que dure menos el invierno.
Porque hay menos misas.
Porque las salchichas son de carne.
Por el queso de Erronkari, de Orbaizeta, de
Orreaga...
Por la miel, las moras...
Por la salchicha casera.
Por tomar la basaka o el patxarán de las
tardes.
Por el servicio de biblioteca de Mattin.
Por el olor a humo de las chimeneas.
Por las horas de huerta.
Porque siempre tengo tiempo.
Por el descanso que cogemos el 1 de
septiembre.
Por la pesca.
Porque si nieva tienes una excusa para no ir a
trabajar.
Porque no hay zona azul.
Por las fiestas de los pueblos.
Por las navidades con nieve.
Porque puedo ir a esquiar cuando quiero.
Porque se puede salir sin dinero por la calle.
Porque tenemos Irati, el puerto de Abodi,
Berrendi, Remendía..
Por los “hongos de la risa”.
Porque vivo en la misma casa que mis abuelos.
Por el silencio de una nevada en invierno.
Porque vivo a mi aire.
Porque no siempre llevo el móvil.
Esperamos que os gusten, que algunas las uséis
cuando alguien os pregunte: -¿Por qué vives en el Pirineo?, y sobre todo, si
alguna vez estáis de bajón, y tenéis dudas, usadlas como terapia.