lunes, 10 de marzo de 2014

Una visión diferente del desarrollo

 
El pasado 21 de marzo, la Casa del Valle de Ezkaroze sirvió de escenario a una charla sobre el desarrollo del Pirineo. Estuvo organizada por la izquierda abertzale del Pirineo y actuó como ponente Joseba Garmendia profesor de economía de la Universidad del País Vasco, UPV.
Joseba Garmendia es experto en el desarrollo endógeno de ambitos rurales y en Ezkaroze presentó sus conclusiones sobre cómo se debería estructurar un proceso para conseguir el desarrollo del medio rural.
Para el mismo, señala que antes se medía el desarrollo con variables exclusivamente económicas como la renta per capita. Hoy, en cambio, se incluyen aspectos como la educación, la salud, en definitiva, la calidad de vida. Considera que la persona debe ser el centro de los procesos de transformación y siempre “tenemos que hablar de desarrollo sostenible, es decir, satisfacer nuestras necesidades sin comprometer el futuro de generaciones venideras”.
Para este profesor de la UPV, en el crecimiento sostenible de un lugar los principales actores deben ser los componentes locales, y deben ser utilizados como fuerzas de desarrollo: la comunidad, la cultura, la densidad de las relaciones, la identidad local.
Principales fuerzas de desarrollo
Además, cita como principales fuerzas de desarrollo la capacidad emprendedora, la creatividad de la población, el conocimiento y la innovación incidiendo en que “es importante que estas estrategias de desarrollo se realicen desde abajo y que sean capaces de movillizar y canalizar los recursos y capacidades existentes en cada territorio”.
Para Garmendia es interesante tener en cuenta la economía social, cooperativas, microempresas, cajas de ahorro, gestión democrática e iniciativas basadas en la solidaridad o la autonomía de las comunidades locales.
Insiste en el valor de la democracia participativa como diseñador de los vectores de desarrollo y como impulsor de las iniciativas locales. Pero en estos procesos también influye el tipo de instituciones existentes ya que, éstas permiten reducir los costes de negociación y producción y aumentar la confianza entre los actores económicos así como estimular la capacidad empresarial y fortalecer redes.
Para Joseba Garmendia sería interesante reinvertir en los valles y crear un modelo de desarrollo autosostenible basado en la creación de un excedente que permita la reinversión y garantice la transformación continua, evitando la pérdida de recursos fuera de la comunidad y del territorio.
Propuesta metodológica
Como propuesta metodológica estableció una serie de pasos, de los que citamos algunos.
- Reflexión colectiva: grupos abiertos de reflexión sobre el futuro de los valles, grupos dinámicos con vocación de continuidad para realizar una dinamización colectiva.
-- Reflexión estratégica: identificar necesidades, recursos, proyectos, personas... Diseñar un mapa de jóvenes con estudios especializados en los valles y emigrados.
- Crear una dinámica envolvente, reuniones con empresarios y autónomos, realización de estudios específicos, estudios de otras experiencias, realización de jornadas.
- Creación de grupos abiertos y estables y autogestionados con formación jurídica que traten de buscar consensos amplios (fuera de todos conflictos políticos), no dependientes de instancias administrativas, con autonomía y recursos para el funcionamiento y prácticas transparentes.
-Comunicación amplificada: hacer extensible esta problemática más allá del Pirineo.

Cosas que hacen que vivir en el Pirineo valga la pena


Distintas razones que hacen que la vida sea agradable en el Pirineo (primera parte)

Este verano nos hicieron un comentario de calle de una persona que, aunque d
esciende del Pirineo, vive en la ciudad y viene muy de vez en cuando de visita. En esa conversación se le preguntaba a un lugareñ@ a ver qué hacía y en dónde vivía. A la respuesta de que vivía y trabajaba en el Pirineo, le contestaron “y a qué esperas, a cumplir 40 años y enterrarte en vida”.
Suena fuerte pero, lejos de ofendernos, reflexionamos sobre el mismo y asumimos que, hoy en día, aún existan personas que piensen así y que no consideren que vivir en el pueblo es una elección de vida como otra cualquiera, ni mejor ni peor, pero que nunca debería ser entendido como un fracaso.
Por supuesto que no estamos de acuerdo con este comentario y por ello hemos preguntado a algunas personas que viven todo el año en el Pirineo algunas de las razones que hacen que la vida aquí les valga la pena. Estas, han sido sus respuestas, algunas con cierta dosis de humor, otras su razón principal:
Por el frescor del verano.
Por el contacto con la naturaleza.
Por la forma tan tranquila en la que pasa el tiempo.
Por el color del otoño.
Porque escucho los pájaros cuando me levanto de la cama.
Por el ritmo de vida.
Porque es más personal y se habla con personas de todas las edades.
Yo soy muy egoista y prefiero que la gente no se de cuenta de lo bien que se vive aquí y así no viene.
Porque me gusta el invierno.
Por las amistades.
Por la montaña, porque me da la paz y la tranquilidad que necesito.
Por el olor.
Porque se vive la unidad familiar.
Porque no somos muchos.
Por el contacto con la tierra.
Porque estoy enamorado de esta tierra.
Porque soy pirenaico y tengo las raíces agarradas a esta tierra como un roble milenario.
Porque vivo donde quiero vivir, no echo en falta la ciudad.
Porque tengo mucho tiempo para pensar, y me conozco mucho más.
Porque teniendo coche, tengo Pamplona a una hora como muy tarde y disfruto sólo de los beneficios de la ciudad...
Porque vivo en el lugar que otros eligen para pasar sus vacaciones.
Por la cena de los jueves.
Porque ya no me deprimen los domingos.
Por llevar la contraria.
Porque tengo el trabajo a cinco minutos.
Por el silencio.
Porque puedes salir con zapatillas de casa por la calle
Porque tengo tiempo para leer.
Porque siento que es necesario que me quede a vivir aquí para que esto tenga una esperanza de futuro.
Porque puedo andar en bici.
Por las setas y los hongos en otoño.
Porque comemos de puta madre.
Porque los críos andan solos por la calles desde los cinco años.                                                           
HAY MUCHAS MÁS. CONTINUARÁ...
(A ver si entre todos llegamos a 100. Si quieres darnos tus razones por las que vives o merece la pena vivir en el Pirineo, envíalas a info@mendixut.com o por correo ordinario a MENDIXUT, Iribarren 31 Bajo 2, 31680, Otsagabia)

Segunda parte
El mes pasado iniciamos un listado de las razones que nos hacen la vida más agradable en el Pirineo y también aquellas que nos han llevado a vivir en él. Este mes seguimos con ello porque abrimos la sección y os habéis animado a participar y a poner en común algunos de vuestros motivos. En ellos se puede observar que una misma pregunta se ha entendido de diversas formas y eso se ha manifestado en las respuestas.
“El motivo principal por el que vivo en el Pirineo, es por ser tierra de grandes oportunidades, lo mismo se puede trasladar el “yura” a nuestras montañas, que las urbanizaciones de Salou a nuestros pueblos para hacer segundas y terceras residencias, que hacer unos rápidos en el río al mas puro estilo olimpiadas de Pekín....y eso para una persona nada amante de la tranquilidad, de la naturaleza, de los pueblos con personalidad propia, etc, es ideal...
Un inconveniente que veía para vivir aquí era mi alergia a los animales, sobre todo vacas, ovejas y caballos, pero ya están poniendo remedio las instituciones a este mal mío y afortunadamente cada vez hay menos bichos de estos...
Y luego está la gran imagen que se traslada al exterior, basada en el folklore como forma de participación ciudadana, para que las gentes que habitamos el Pirineo no nos tengamos que preocupar de nada de lo que acontece y hacen y deshacen otros a nuestro alrededor, lo que facilita más si cabe la vida... sobre todo la de los que hacen y deshacen....”.
“Porque he nacido, crecido y vivido en el Pirineo y elegí seguir haciéndolo, porque me gusta.
Porque tenemos una calidad de vida que no tienen en las ciudades, (a ver si nos damos cuenta de una vez, calidad de la buena).
Porque pertenezco a mi tierra. No somos los mejores, pero "hemengoa naiz eta harro nago/soy de aquí y estoy orgulloso...." y por muchas cosas más que ya se me irán ocurriendo....”.
“Porque pertenezco a esta tierra. No todo el mundo puede vivir aquí. El Pirineo está haciendo su propia selección genética y dentro de unos años aquí sólo va a quedar quien verdaderamente lo resista. Es la propia ley de la naturaleza”.
Por el calor del fogón en invierno.
Porque puedo dejar el coche abierto en la calle y no pasa nada.
Porque sé el nombre de mis vecinos.
Porque se es más consciente de los cambios de estaciones y entonces te das cuenta de que estás de paso y de lo pequeño que eres. Esto creo que te hace ser mejor.
Porque vivo doce meses donde otros sólo pueden estar un mes.
Porque hay menos consumismo y compro sólo lo necesario.
Porque en él vive el hombre de mi vida.
Yo me he tenido que marchar para apreciar lo que hay aquí y por eso he vuelto, pero también creo que la gente no sabe disfrutar de verdad de lo que tenemos.
Porque no hace falta quedar con nadie para salir al bar.
Por la caza.
Por las partidas de mus en la sociedad.
Porque tenemos al lado de casa unos inmensos jardines naturales donde poder pasear: Larra, el Rincón de Belagoa, Mintxate, la foz de Burgi...
Porque me agrada el olor a tomillo, a boj, a ollaga, a tierra mojada, a hierba recién cortada.
Porque el ruido, el barullo, me altera.
Porque el murmullo del agua en el río, el susurro del viento en los árboles, el golpeteo de la lluvia en las hojas me serenan.
Porque todos me conocen y me siento aceptado y... querido.
Porque resulta fácil buscar tranquilidad y sosiego lo cual te permite escudriñar también tu vida interior.
Porque cuando salgo a pasear es agradable que la gente te salude o se pare a hablar contigo.
Porque la luz de las farolas no me impide ver las estrellas.
Porque mi ritmo de vida es más acorde con el ritmo natural, sé cuándo acaba el día y cuándo empieza la noche, sé buscar el fresco en verano y el resguardo en invierno.
Porque me siento orientado, sé por dónde sale la Luna y el Sol, sé si las grullas suben o bajan, si está cubierto o despejado, si ya han blanqueado los altos...
Hemen ez naizelako bakarrik sentitzen.
Porque para salir al bar media hora no tienes que perder dos en llegar.
Por recibir todos los meses la MENDIXUT.
Por sentir la fuerza de la primavera.
Por el sonido de las esquilas en los pastos.
Por los ratos de conversación por la mañana cuando voy a la tienda.
Por el frío sol de invierno.
Por lo poco que nos influye la moda.
Por lo bien que se vive.
Porque no hay tráfico.
Porque para cambiar a peor no merece la pena.
Por decir “bueno, bueno” los domingos por la tarde.
Porque la vida es algo más que aparcar y desaparcar.
Porque no hay municipales.
Porque no hay controles de alcoholemia.
Porque sales de la puerta de casa y conoces a todo el mundo aunque te lleves como el perro y el gato.
Porque por las noches se cena de fundamento.
Porque cuando llegue el apagón analógico estaremos año y medio sin ver la televisión.
Porque no hay escaparates.
Porque no hay olor a tubo de escape
Por el matacuto y las longanizas, que hacen que dure menos el invierno.
Porque hay menos misas.
Porque las salchichas son de carne.
Por el queso de Erronkari, de Orbaizeta, de Orreaga...
Por la miel, las moras...
Por la salchicha casera.
Por tomar la basaka o el patxarán de las tardes.
Por el servicio de biblioteca de Mattin.
Por el olor a humo de las chimeneas.
Por las horas de huerta.
Porque siempre tengo tiempo.
Por el descanso que cogemos el 1 de septiembre.
Por la pesca.
Porque si nieva tienes una excusa para no ir a trabajar.
Porque no hay zona azul.
Por las fiestas de los pueblos.
Por las navidades con nieve.
Porque puedo ir a esquiar cuando quiero.
Porque se puede salir sin dinero por la calle.
Porque tenemos Irati, el puerto de Abodi, Berrendi, Remendía..
Por los “hongos de la risa”.
Porque vivo en la misma casa que mis abuelos.
Por el silencio de una nevada en invierno.
Porque vivo a mi aire.
Porque no siempre llevo el móvil.
Esperamos que os gusten, que algunas las uséis cuando alguien os pregunte: -¿Por qué vives en el Pirineo?, y sobre todo, si alguna vez estáis de bajón, y tenéis dudas, usadlas como terapia.