domingo, 4 de mayo de 2014

Cosas que nos molestan del Pirineo



En los últimos meses hemos plasmado las razones que hacen que la vida sea agradable en el Pirineo. Pero, no todo es idílico y hay cosas que nos provocan enfado, tristeza, nostalgia o decepción y nos hacen el día a día un poco más difícil. En esta ocasión sacamos aquellas que nos habéis hecho llegar como si de un buzón de quejas se tratara.
El precio del gasoil en las casas, el invierno casi dura nueve meses: ¿no nos lo podían subvencionar como a los ganaderos o a los camioneros?.
El cotilleo, sobre todo cuando de lo que se habla es mentira.
En los últimos quince años he visto cómo se cerraban todas las puertas de mis vecinos. Ya sólo vienen el fin de semana.

La falta de ofertas de trabajo.
Vivienda inaccesible.
Que las viviendas y el suelo son muy caros.
El exceso de estudios que se hacen sobre el Pirineo, y lo poco que se llevan a la práctica.
El pesimismo de la gente sobre el futuro de la zona. A veces dan ganas de hacer las maletas y marcharse. Creo que me agota más que la climatología.
Lo poco que apuesta la juventud por quedarse aquí.
Me asusta pensar qué va a ser del Pirineo en 25 años.
La timidez de algunos hombres.
Hay poca marcha por las noches.
Las pocas facilidades que te dan desde algunos Ayuntamientos y Juntas de Valle para emprender negocios.
La falta de emprendedores, hay que interiorizar que esta zona tiene futuro y lo importante que es vivir y trabajar en ella.
La poca capacidad de reacción de la población. Estamos viviendo unos momentos muy difíciles y estamos como congelados. No reaccionamos. ¿A qué esperamos? ¿a que venga alguien de fuera a solucionar nuestros problemas?. Creo que tenemos que organizarnos y meter algo más de ruido.
No hay mujeres ni niños, y si no los hay esta zona no tiene futuro.
Que en invierno no se ve a nadie por las calles; ¿dónde nos metemos?
Creo que si no sabemos a dónde queremos llegar es difícil saber qué tenemos que hacer para alcanzarlo.
Que pagamos por todos los servicios más que el resto de los navarros, por ejemplo, en el acceso a internet.
Que no vemos La Sexta ni la Cuatro.
Ver cómo se mueren los pueblos. En Zaraitzu hay un pueblo en el que viven tres personas.
Se ha perdido el contacto con la tierra y  esto debería ser una asignatura obligada en las escuelas del Pirineo: hacerles comprender a los niños lo que vale su entorno y su cultura. Los educamos sólo para que quieran vivir en las ciudades.
La sensación de soledad es más fuerte que en las ciudades.
Sólo nos juntamos para celebrar las fiestas  pero  tenemos que hacer causa común con lo que está pasando en el Pirineo como en aquella manifestación de Pirineo Vivo.
La presión social. Nos condiciona mucho el qué dirán de nosotros los vecinos.
Las guarderías de “jódete abuela y cuida a los nietos” fomentadas por los entes locales no son las más apropiadas para compaginar vida laboral y familiar.
El exceso de ayudas para acceso a primera vivienda... o era al revés, a ver, repito... el vivienda primero y luego los excesos... sí, así mejor.
No hay suficiente espacio para plantación de marihuana, pudiéndose emplear los panificados del común. Vamos que hay mucha hierba para pocas ovejas.
Lo difícil que es practicar surf y el poco espacio para la práctica del topless sin ser denunciado.
El riesgo de ser abatido en prácticas de tiro de la guardia civil en Belabarze sin previo aviso... Vamos, muy al estilo de la guardia civil, que por cierto, pongamos como negativo también el exceso de seguridad que nos reportan tantos cuarteles.
Las pocas miras que tienen los políticos gobernantes para con los residentes. Dan más importancia a la población flotante que a las que sacamos esto a flote. Pero en fin, dios aprieta, pero no ahoga.
Lo difícil que es escuchar música en vivo, y para una vez que hay se va la luz.
El mal servicio sanitario que tenemos a pesar de las grandes profesionales que tenemos.
No hay mar, y encima en vez de intentar ponerlo, nos hacen piscinas, que esperamos que dado su coste, por lo menos tenga olas.
Pocas ayudas para pequeñas empresas, las cuales hacen viable el que la gente se asiente en la zona.
Somos pocos y reñimos mucho.
Poca oferta cultural.
Falta de asociacionismo.
Falta de infraestructuras básicas (guarderías y escuelas en condiciones, clubs de jubilados...)
Más gente joven.

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